29/1/14

De tanto en tanto

Y qué eres tú sino el agua que corre por mis venas, el aire que deslumbra mis sentidos, la cama que me acuna cuando hay tormenta.
La belleza de tu espalda.
Y qué eres tú sino el motivo de mis lágrimas, las de risa, las de llanto, las que tanto te agradan.
Y es que es el oscuro de tus ojos, los secretos de tu alma, el cantar de mis esperas y la risa que me juega.
Son tus prisas, tus cabellos, los que me incendian por dentro.
Es tu alma, tus palabras, tus amigas las mañanas.
Porque tuyo es mi ser, mi corazón, los suspiros que se atragantan. Tuyos mis días y mi cielo, tuyos mis sueños y mis silencios.
Tuya mi espera eterna que se consume cual vela roja en primavera. Tuyas mis palabras mudas que intentan cobrar vida con mis miradas. Eres tú lo que me mueve y no escuchas lo que ronda en mi cabeza.

26/1/14

¿Y qué le hacemos?

Aquí, las dos. Cada una con su drama. Somos, como diría un auténtico argentino, un par de boludas.
Recaemos en lo único que nos hace sentir bien. No puedo comprenderte, no sé dónde estás, pero sí sé en parte lo que sientes.
Cada minúsculo rayo de esperanza momentánea nos hace sonreír. Pero pasado ese momento volvemos a la realidad. No tengo ni la más remota idea de cómo acabó todo. Solo sé que alguien le puso un fin y tú sólo intentas seguir adelante. No sé ni cómo, ni cuándo quieres hacerlo. Pero, mientras tanto, el apoyo lo da la amistad.

Pero miento. Sí tengo alguna idea. La única.

La única idea que tengo es la del presente. Escuchar, cual película de enamorados. Querer y no poder. Sentir que todo vale, pero a la vez el contacto se hace más pequeño. Oír historias que estaban predestinadas a ocurrir. Historias que no hieren por el contenido, sino por el relator. Duelen porque me convierten en el típico pringado de las historias imposibles. El pringado que actúa ante unas cámaras y que nadie imagina que llegue a ser verídico. Pero lo es. Y tanto que lo es. 
No quiero convertirme en ese pringado. Porque siempre acaba mal. Siempre acaba herido y juntándose con alguien que le hace reír diariamente, simplemente por despecho. Un despecho inventado. Un despecho que conoce hasta el último ser vivo de la tierra, pero que nunca llegará a ser real. 
Puedo aguantar tu presencia, puedo aguantar la suya, puedo aguantar la de ambos. Puedo aguantar tus palabras, tu confianza, tus insinuaciones. Incluso puedo aguantar tus besos. De hecho, lo he estado haciendo durante todo este tiempo atrás.

Pero te lo suplico, por lo que más quieras, no me obligues a ser ese tema. Porque creo que eso ya es pedir demasiado.

18/1/14

En busca de los 11

Podría quedarme en los tópicos. Podría quedarme en la típica situación de amor-odio imposible. Pero eso sería fácil. Eso sería sufrir por sufrir, y yo ya he decidido no sufrir más.
Cada día nuevo, cada persona nueva y cada una de las sonrisas que me da día es lo que yo cuento.
Las cosas van mejor, no han cambiado, pero una tragedia es eso. Desde el principio sabemos que acabará mal, así que ¿por qué enredarse más en el problema?
Mejor disfrutar de la buena compañía diaria y olvidarse de las situaciones comprometidas. Esas situaciones ya explotarán por sí solas o se olvidarán en un rincón abandonado. Mientras tanto a reírse de la vida y a disfrutar de los comienzos.

15/1/14

Tus palabras

No sigas intentándolo porque no vas a encontrar nada. No en mí.
No esperes que asienta cuando hables. No esperes que escuche tus repetidas historias donde te cuelgas las mismas medallas una y otra vez.
No esperes que te dé la razón en discusiones que desearía no escuchar. No esperes que resuelva problemas que no dejas resolver.
No esperes una sonrisa matinal. No esperes un beso de buenas noches. No esperes recompensas por favores que ni siquiera pido. No esperes que te deje tomar mis decisiones. No esperes que te comprenda cuando hablas de cosas que no conoces. No esperes que te explique con quién me acuesto o con quién no.
No esperes que te mantenga la mano cuando estés en una cama. No esperes que mi mirada te brinde ese apoyo que siempre buscas en los demás. No esperes que te haga sentir una mujer coherente y elegante.
No esperes que te cuente mis sentimientos. No esperes que me quede en la misma habitación cuando arranques a llorar. No esperes que todo vuelva a como antes. No esperes que siga siendo esa niña ingenua. No esperes que mi confianza siga en la dirección que tú marcas.
No esperes que vuelva cuando consiga salir de aquí; a menos que necesite dinero para sobrevivir.
Porque estoy confundida y no sé diferenciar entre el egoísmo y mi bienestar frente a los demás.

Mazo sensato

Muy inteligente, muy maduro por tu parte. Muy humano el dejar de pensar en uno mismo para que los demás se den cuenta de que estás ahí. ¿Y de qué demás hablamos?
No entiendes que te basta y te sobra con los que te quieren. 
Ese infame orgullo que te llena la cabeza de pajaritos.
Ahora que entre tú y yo le destrozamos la vida durante más de un año. Ahora que entre tú y yo la dejamos sin espejos cuyos reflejos fueran reales. Ahora que a ella ya la destrozamos, ¿te toca a ti?
No tuvimos bastante con un par de esqueletos. No tuvimos bastante con una caída afortunada. Ahora tú quieres seguir esos pasos, pero por motivos distintos.
Motivos distintos, pero igualmente absurdos. 
Llamar la atención, con ello te basta. Nuestra atención, la de los demás. Orgullo y egocentrismo que dejarían de tener importancia si no se tratara de tu salud.
Porque la gente es idiota, pero tú no tienes descripción. Y me das pena, porque te estás convirtiendo en un tópico de chico afeminado y obsesionado con su cuerpo.
Y los tópicos no llaman la atención, sino las personas auténticas, como la que yo conocí hace varios años.

12/1/14

Horas que faltan

Sin explicaciones, sin sentimientos, sin culpabilidad.
Sin cambios, sin rumores, sin ataduras.
Solo compañía para salir de aquí durante unas horas. Dime cuándo y cómo. Que sean palabras o actos. Que sea lo que queramos que sea, pero que nos haga salir de aquí. Viajemos a donde queramos sin que nadie nos lo impida. Dejemos que la realidad se ocupe de hacer infelices a otros, mientras nosotros disfrutamos de nuestro mundo cubista.

11/1/14

Espirales de hierro

No entiendes nada. No comprendes las palabras. Eres tú quién no quiere salvarse. Eres tú quién no agarra con fuerza lo que tiene delante. Porque lo tienes.
Vas saliendo poco a poco, pero te regodeas en el sufrimiento. Te gusta hacerlo, porque te hace sentir. Te hace creer que eres persona por sentir, pero lo que todavía no entiendes es que hay un mundo ahí fuera para ti. Sólo para ti. Un mundo que te está esperando, pero que envejece con los años. Un mundo que desaprovechas por creer que este mundo no tiene solución. Y es que es cierto, no tiene solución. Pero el hecho de que no exista la solución no implica que debas quedarte en el sillón sin ganas de luchar por tu felicidad. 
La gente te hace sufrir, pero no más de lo que tú quieres. Porque en la vida hay que ser egoísta y darse cuenta que a veces el mejor paso es olvidar a esas personas que creíamos importantes. Ya van dos y no recularé si la gente pretende utilizarme.
Y solo entiende lo que quiero decir. No conozco la historia. Quizá pueda intuírla, pero no sé en qué punto estamos, solo sé que te estoy brindando ánimos e intentando que cuentes conmigo para dejar atrás el dolor. Nada más.

4/1/14

Decisiones que marcan

Perdida sin comprender lo que pasa, porque no entiendo el momento en el que me decidí por un camino. El camino erróneo. Era joven y ni siquiera me acuerdo de cómo lo decidí, pero fue un error que he arrastrado todos estos años. Un error que ven ahora mis ojos cegados por el calor de las calles. 
Quizá fue la influencia de esas frases que se dejan caer con la intención de decidir por mí misma. Quizá en ese momento también lo fue, pero no me di cuenta como ahora. No creo que os llegue a perdonar, por vuestras palabras, por vuestros detalles, por vuestras elecciones que yo acepté como una niña insconciente.
Aquí estoy ahora, sin saber qué hago. Sin saber por qué paso mis horas donde las paso o con quién las paso. Estoy perdiendo el tiempo, estoy perdiendo años de mi juventud. Pero juro por lo más sagrado que en cuanto acabe con esto en lo que me metí sin saber qué es lo que realmente quería, me marcharé a tomar decisiones por mí misma sin tener que dar explicaciones a unos incoherentes.

3/1/14

Pocas palabras

Abriste los ojos y te pusiste de pie. Te decidiste a caminar. 
Al fin buscas otras salidas, otra gente con la que hablar. Al fin olvidas el deseo de ser fiel a la sombra que siempre se te escapaba. Al fin comprendes que el daño no vale la pena.
¿Y yo qué? Simple satisfacción pasajera de que al menos haya alguien que sepa cómo escapar de este infierno.

1/1/14

Notas de un escritor

Palabras rotas en un mar de lágrimas bañado con sangre.
Amor, tensión, cariño, espera, nostalgia, ingenuidad, deseo, olvido, sueños, humor, plenitud, escucha, decepción, confusión, tragedia.
Son tantas las palabras y tan poco el sentido común. Recuerdos que se van como el tren de la esperanza. Cambios que son producto de la invención o del que ve más allá. Cambios incomprensibles y dañinos que muestran la verdadera humanidad de las personas. Que demuestran la cegera de tantas sonrisas somnolientas. Cambios que te hacen crecer. Cambios que ni yo misma vislumbro, pero que me devuelven a la realidad y me aclaran la diferencia entre echar unas risas o echar unas lágrimas.