Enamórate.
Enamórate de tus amigos, los de verdad.
Enamórate de tu familia, de tu ciudad, de tu hogar.
Enamórate de tu pareja.
Enamórate de ti.
De tu pasión o pasiones. O incluso de tu propio dios.
Sea como sea, pero enamórate.
Porque esta vida es una y está pasando.
Así que enamórate de cada momento y vívela intensamente, a tu manera.
Enamórate de tu tiempo y de tus placeres.
Enamórate de tu vida. Cada maldito segundo enamórate de ti.
Y no esperes a un día cualquiera de febrero para hacerlo.
Simplemente, enamórate...