11/1/14

Espirales de hierro

No entiendes nada. No comprendes las palabras. Eres tú quién no quiere salvarse. Eres tú quién no agarra con fuerza lo que tiene delante. Porque lo tienes.
Vas saliendo poco a poco, pero te regodeas en el sufrimiento. Te gusta hacerlo, porque te hace sentir. Te hace creer que eres persona por sentir, pero lo que todavía no entiendes es que hay un mundo ahí fuera para ti. Sólo para ti. Un mundo que te está esperando, pero que envejece con los años. Un mundo que desaprovechas por creer que este mundo no tiene solución. Y es que es cierto, no tiene solución. Pero el hecho de que no exista la solución no implica que debas quedarte en el sillón sin ganas de luchar por tu felicidad. 
La gente te hace sufrir, pero no más de lo que tú quieres. Porque en la vida hay que ser egoísta y darse cuenta que a veces el mejor paso es olvidar a esas personas que creíamos importantes. Ya van dos y no recularé si la gente pretende utilizarme.
Y solo entiende lo que quiero decir. No conozco la historia. Quizá pueda intuírla, pero no sé en qué punto estamos, solo sé que te estoy brindando ánimos e intentando que cuentes conmigo para dejar atrás el dolor. Nada más.

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