6/6/16

Nous

Un nuevo año. Días atrás preparando, perfumando, comprobando mis galas habituales. Media hora programada para hablar de todo y de nada. Ensayando mis sonrisas, recordando mis triunfos y obviando mis caídas. Hablando de un antiguo desconocido que construyó su salida de emergencia.

Días, horas. Y todo para nada. Mis ojeras envejeciendo mis días, mi ropa asumiendo la realidad laboral, mis pies ocultos bajo abrasantes mantas blancas que tiempo atrás constituyeron el único frío de mi cuerpo.

¿Para qué? Todo para nada. 

¿Y por qué? Porque mi sonrisa era lo único que hacía falta. Lo único visible y llameante, lo único sincero y deslumbrante. Acompañada de mis ojos que de nuevo vieron ese cuerpo débil convertido ahora en una fuerza que nunca antes vislumbré. Convertida en esa mujer con carácter que tantos años atrás se dejó caer junto a adolescentes sin hogar.

Hacía tanto que no lloraba. Ayer no recordaba mi última vez. Hoy se ha convertido en el ahora. 

Una sonrisa tan inmensa que transporta tu mar sin remos a una nube de ensueño. Preparativos sin resultado, intentando graduarme una mañana para ser feliz hasta en las horas sin sol. Y fueron esas ardientes horas sin sol las que me graduaron con esa sonrisa que de naturaleza constante me mece hasta el mar. Sin poder parar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario