Porque de qué
valen eufemismos transparentes. Ya me rompieron parte de lo que dí.
Ya lloré en mi único dolor por un amor erróneo e inexistente. Ya
cogieron aquello que presté para arrugarlo y lanzarlo al vacío en
silencios lleno de verdades que sólo mis supuestos miedos se
atrevían a pensar.
Ya acabaron con todo, esa inseguridad
plasmada de tantos indicios.
De nuevo aquí, sabiendo de imposibles.
Como siempre...
Llegando a centímetros de la meta,
viendo cómo otro aparece en las ilustraciones. Recogiendo la pureza
entre sigilos. Escondida tras muros irrompibles llenos de paciencia y
opacos recuerdos.
Palabras arropadas por una verdad que
lo sostiene todo. La seguridad al mirarte a los ojos. Este corazón
perdido entre risas y piropos. La estupidez humana y el riesgo de la
hermosura.
Estos hombres máquinas que pretenden
llevarme al límite cuando lo único que tengo seguro es que ese
universo me pertenece; aún en noche de luna nueva.
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