Sólo basta una sonrisa. Una más. Sólo
una. Un mínimo esfuerzo es la clave del éxito. La clave para caer o
dejarte caer. La clave para volver a ese pozo oscuro o recuperar de
nuevo un escalón.
No podría ser más feliz. Con mis
recuerdos, los buenos y los malos. Con todo lo que soy y todo lo que
tengo. Sabiendo que cada noche tengo que volver a casa, pero
recordando que cada día saldré a comerme el mundo. A pisar con paso
decidido, siendo como soy y sin miedo a serlo.
Los baches y mis errores, son cosas de
las que aprender. Cosas necesarias que me han enseñado a ser como
soy, sin fingir, sin pretender ser otra persona. Sin forzar caminos
inexistentes.
Una tarde de recuerdos pasados que como
fotografías quedarán en alguna caja. Una caja que abriré para
entender cómo llegué hasta aquí, cómo llegué a dónde quería,
sin reproches ni rencor, con recuerdos y amor. Con pasos mal dados
que se convirtieron en enseñanzas.
Pero al fin y al cabo, en alguna caja.
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