15/8/15

Me ha conquistado

De nuevo recordé la soledad. Esos espacios en blanco impregnados bajo mi piel. Recordé los planes mal hechos. Las excusas y mis palabras. Porque sigo sin entender.

Decidí entender que la rutina hizo acopio de gran valor entre vasos ajenos. Besos sin sentido que me habrían vuelto loca en segundos. Aires escondidos, llenos de humedad y naturaleza.

No siento el vacío. No siento la nada. Ganas y desganas de abrirlo todo. ¿En qué me he convertido? Apenas unos segundos bastan para darme cuenta de que yo misma soy la que aprendo. La que tiene los ojos abiertos y advierte en cada esquina lo que el tiempo deteriora.
Mis problemas se redujeron a uno. Responder ante cada paso. Ante cada nuevo encuentro.

La solución, los ritmos acompasados que con cada nota me hacen olvidar cuán hermosura encontré entre tanto tres por cuatro intermitente.
Belleza privada, detalles personales, corazón a mil por hora.
Esa tez oscura llena de enlaces tan cercanos. Llena de algo que nadie provocó.

Llena.

Sentimientos nuevos que florecen en el porche trasero, a mitad de camino entre la incomodidad y el drama. Margaritas bajo el azul del cielo y rosas que un baile conforman sin decir ni hacer nada.
Todo eso queda en segundo plano cuando apenas unos centímetros separan nuestros cuerpos. Cuando roces callados y apoyos relajados juntan tu piel con la mía.

Todo eso queda detrás, porque el corazón se me sale del pecho cuando siento tan dentro de mí mi felicidad. La mía. La que nadie me podrá quitar hasta que deje este mundo. 
Incluso en otro mundo, seguirá siendo mía. La de siempre, la que he encontrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario