9/12/14

Irreal

Cuando sabes que nada es para ti. Nada de eso. Ningún detalle, ninguna sílaba. Ninguna sonrisa, ninguna caricia. Nada. Ni siquiera el aire que respirar. Nada es para ti. Te lo apropias como ladrón de las mil caras. Pero tu mayor condena es no poder engañarte. A ti mismo nunca podrás. Y por mil máscaras que te pongas. La vergüenza de tu rostro siempre la llevarás. 

No los recuerdas. No recuerdas ni mi nombre, ni mis ojos. Ni el tacto de mi piel. Tampoco yo los recuerdo. No recuerdo cómo me llamo. No veo mis ojos por ningún lado. No siento el tacto de mi piel. El de ninguna piel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario