9/11/14

Minutos de vida

Adelante. Adelante y sin miedos. ¿Raro? En toda regla. No solo para mí, raro para la RAE. Me vienen recuerdos. Una mano, dos personas, pero una misma mano. Quizá varias, pero con el mismo efecto.
Dos muertes en un minuto.
Una noche, ¿qué más da cuántas? Fuera el sol ya no estaba. Esa noche te conocí. Te vi llorar, llorar de verdad, sufrir en fiesta. Un super hombre te confundió con algo más. No sabía qué hacer, me lo estaba pasando bien y el alcohol no te dejaría recordar. Seguro que no lo recuerdas. Ni el dolor, ni mi decisión.

La noche fue una más que contar, pero mi secreto sigue igual. El alcohol hace olvidar. Noches con alguien que solo yo puedo recordar. Una misma cama, antes de dormir, tú en medio. Otra muerte más. Voy a reciclar.

Simplemente me tumbé. Me relajé. Necesitaba más. La ebriedad te nublaba la vista, pero el corazón necesitaba algo. Necesitaba ayuda. Las sutilezas remarcadas que casi nunca quiero escuchar. No te veía. Solo sentí un leve tacto. El colchón apenas se hundió con tu movimiento. No dudé un instante. Te agarré de la mano.
Las horas pasaron y me dormí. Tu mano ya no estaba, tus recuerdos tampoco y los míos quedaron acallados entre la tinta y el papel.

Respirando el final. El final del dolor, el final del placer, el final de la felicididad. Sentada, esperando. Disfrutando de tu presencia, de nuestro silencio. Necesitaba sentirte y me acomodé en tu hombro. Incómoda me aparté disfrutando de ese segundo. Quieta, respirando, esperando.
Tu mano me sorprendió. Me dejó sin habla, me dejó sin respiración. Solo me tocó. Se quedó parada sobre mí, sin esfuerzo, sin secretos.

Ese tacto se llevó toda mi energía, toda mi atención. Hasta mi última terminación nerviosa se centraba en esa última decisión. Deseosa de retener en lo más profundo de mi alma la felicidad que me provocaba. La que me sigue provocando.
Delicadamente acariciaste mi piel, acariciaste mi alma. Y tras varios segundos de plenitud, tu mano volvió a donde estaba. ¿Quién iba a pensar que volvería con esa fuerza extraña?

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