31/8/14

Llegó el momento de saber

Un dolor de cabeza que retrasa y amontona. Tuve la opción y lo dejé de lado. Dejé pasar un día más. 
Compañía y canciones que preparar. Bolígrafos a punto y un cerebro que exprimir. 

Los días llegan a su fin. Actividades y actividades, todas para adelante construyendo un futuro nuevo, mi futuro. Aquí estoy yo, tomando el mando y consiguiendo mis objetivos.
Pero tenías que volver a lo mismo. Tenías que devolverme al pasado con esas preguntas que ni siquiera tú quieres formular. Preguntas que simplemente no respondo, pero que me hacen querer desaparecer, esconder la cabeza tras mis manos y empequeñecer hasta convertirme en polvo que el viento se lleve.
Incomodidad multiplicada por signos de interrogación que nunca deberían salir a la luz. Hay maneras y maneras, pero es que las tuyas no son normales. Igual que mis actitudes matinales, tus preguntas deberían quedar en el silencio. Los interrogantes son lo único que obtengo y como devolución solo unas respuestas claras y tajantes.

Al menos llegaste tú y me salvaste de todo aquello. Llegaron tus ojos y tus caricias. Llegó tu voz y tus palabras. Las que me hacen reír y olvidar el resto. Lástima que esas horas se hicieran tan cortas, pero al menos ya sé por dónde empezar. Por otro rato a solas dejando pasar el tiempo frente a nosotras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario