4/8/14

En el mismo punto muerto

No lo entiendo. La rabia irracional se vuelve a apoderar de mí. Solita me lo busco, pero no puedo evitar intentar sentirte cerca. Creer ingenuamente que sigues ahí, a mi lado, diciendo que te da igual, que sea como sea me vas a seguir queriendo hasta el final.
Folios y folios que se acaban y vuelvo a leer. Estúpidas frases guardadas que me dan un puñetero brillo de esperanza. Siete palabras que me impulsan a buscarte, a encontrarte y a ver de qué te rodeas.
No te conozco, eres una extraña para mí y te extraño más que nunca. Desearía romper esa estúpida distancia que hemos construído entre las dos. Desearía volver a encontrarnos y desearía ser lo suficientemente valiente como para dejar las historias del pasado donde deben estar, en el pasado. Me acercaría a ti, te volvería a mirar a esos preciosos ojos verdes y te preguntaría cómo te van las cosas.
Olvidaría la compañía irritante que sigo encontrando a tu alrededor y me centraría en poner un punto y final a todo esto. Terminaría con los puntos suspensivos que tanto se me clavan en el alma cada vez que apareces, cada vez que te nombran, cada vez que entre incienso apareces a unos metros y ambas fingimos no haber visto nada.
Y me mata. Me mata verte, me mata verla, porque ese verde adoptado es el mismo para mí. Me mata esto. Y más me mata el saber que si te vuelvo a ver, seguiré comportándome como la niña cobarde que he sido durante toda mi vida y te dejaré ir, sin ni siquiera un hola de por medio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario