15/3/14

Sobras

Quiero arrancarme la cabeza de cuajo,
quiero morir de un plumazo.
Si pudiera detendría el tiempo,
moriría justo en este momento.

Dejar de lado esos versos. No eres más que sangre derramada por unos extraños. Sonrisas dibujadas en rostros sin ojos. Sin ojos para ver lo que pasa. Como los nuestros. No veo el día en el que todo termine. Ese deseo de final, sin perdices, ni dramas. Sólo el final, el cierre de todo. El telón de Chaplin rojo y cálido, como la tela del peluche de tu infancia.

Dejé de dormir, dejé de pensar, dejé de comer, dejé de cuidarme, dejé de llorar, dejé de vivir. Lo dejé todo, menos el cuerpo desechado y descuidado que no deja de funcionar. Un cuerpo que insistía en retomar el rumbo, cuando la mente y el alma andaban por un mundo irreal y perfecto.

Al final dejé de sentir, por ti y por mí. Pero sobre todo por mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario