6/2/14

Simple

¿Quieres que hablemos de sentimientos? Pues hablemos. Hablemos de mis días y de los tuyos. Hablemos de mis ilusiones y de tu corazón. Tu corazón que late, que está donde quiere estar.
Hablemos del límite de mi estupidez, que día a día parece llegar más lejos. Ríete en mi cara, ya es habitual en los que me rodean. Te puedes reír por lo que soy, te puedes reír por lo que no soy, o te puedes reír de mis ojos. Esos ojos que parecen gritar al mundo diciéndole que soy un buen objetivo para la burla. La burla de todos. Los habituales desconocidos que me critican y me juzgan ahora se ven acompañados por los señores del círculo. 
Si únicamente fuera un señor, se podría sustituir fácilmente; pero parece que se avecina un golpe de estado y la unión me señala y se ríe. Me hace creer que tengo algo. Algo importante que parece decirme que la vida me sonríe. Pero no es verdad. No es cierto. Es solo mi ilusión alimentada por los crueles vestigios de mis errores. Esos errores que se repiten por creer, ingenua de mí, que la confianza existe en los dedos de una mano.
Pero la confianza solo es un lazo que está destinado a romperse. Y estoy harta de que esas risas tiren más de él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario