Si consigo hacerlo, cuando consigo hacerlo; ves la parte
que no existe. Me dices que no lo guarde dentro, que lo saque, que estáis para
eso. Pero un día de mi vida que me siento con ganas de contar algo, me escuchas
y oyes ruidos de fondo que no existen. No eras tú. Si lo hubieras sido habría hecho
lo posible para que no lo leyeras. Pero nada, tú en tus paranoias y en tus
fantasmas.
Ni siquiera sé si puedo hablarte. Ya no sé qué pensar. Si
por cada acto, cada mirada o cada abrazo vas a pensar que quiero algo más, es
que no me conoces. Me hacéis rechazaros. Son sentimientos ausentes; confusión,
amor, locura.
He sido sincera. Te he contado más de lo que la mayoría
sabe. No tengo motivos para mentirte o para perseguirte. Con lo fácil que es
hacer una pregunta. Me conocías y no eres capaz de mirarme a la cara para
resolver la duda que te ronda por la cabeza. Tienes que mandar a secundarios
para evitar escuchar una respuesta imposible. Cobarde, infantil, egoísta.
Que vuelva el color si quiere, que yo ya no lucho por nadie.
Ni siquiera por mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario