27/6/13

Soleares para José Menese

Se oye una herida en el aire,
una queja de agua honda,
un reguero de alta sangre.

La herida se queda sola,
y sola queda la sangre,
y la voz se oye más honda.

A la luna le dolía
tanta soledad de muerte,
tanta libertad herida.

Un chorro de acero ardiendo
parte el pecho en dos mitades
y se aleja por el cielo.

El grito se hundió en la mar
y en la playa malagueña
lloraba la soleá.

Si Federico viviera
esculpiría tu voz
con verso de sueño y piedra.

Si Federico viviera...

Jose Luis Cano

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