El tiempo hace que las personas crezcan, maduren y escojan caminos. Nadie
puede asegurarte que el escogido es el bueno, pero cada uno elige el suyo. Yo
elegí el mío y no creo que me haya equivocado, pero tengo la sensación de que
tampoco es el correcto. Sé que en parte me favorecerá, pero a veces pienso que
he escogido el sencillo. Y quizás debería haber elegido uno más complicado de
seguir.
Mi viaje consiste en recorrer una autopista aislada con un tanque policial
detrás que me obliga a avanzar en esa dirección sin poder girar o frenar. Por mi autopista se cruzan varios caminos.
Uno de ellos hace tiempo que empezó a alejarse, pero todavía es visible
desde aquí. Ese viajero logró librarse del tanque policial, pero a cambio se ha
visto obligado a cambiar de carretera. Ahora, viaja por una carretera de campo
llena de baches. El viajero parece avanzar a trompicones, pero no se ve muy
bien desde aquí.
Otro de ellos es una especie de montaña rusa. Está junto al mío y su tanque
policial viaja al mismo nivel que yo. Sin embargo, el viajero sube y baja de
vez en cuando para acompañarme. Desde aquí parece subir cada vez más, pero al
mirar al frente veo que seguirá bajando.
También hay otros dos bastante curiosos. Uno de ellos está muy lejos del
mío, de hecho, ni se ve; pero cuando miro hacia atrás se atisba un punto en
común con el mío. El otro del que hablo es uno que apenas veo por la niebla.
Sin embargo, creo que su tanque policial se comunica con el mío.
En mi autopista a veces también hay otros viajeros. Hay dos o tres de ellos
que aparecen por sorpresa cuando menos me lo espero y que intentan que ponga
atención a la carretera. Estos aparecen y desaparecen a su antojo. El problema
es que su presencia es tan efímera que no tengo tiempo de decirles que estoy
intentando encontrar un desvío. Y eso me irrita. Lo que hace que en esos momentos
pasajeros no sea amable con ellos y creo que a este paso lograré que no vuelvan
a aparecer por mi autopista.
También están los viajeros más recientes que acaban de aparecer y que
parecen tener una dirección similar a la mía. Algunos de ellos son bastante
novatos en esto de conducir y hay un par que viajan bastante cerca de mí.
Y bueno, por último están los que como yo están buscando un desvío aunque
con mayor o menor prioridad que la mía, ya que dependiendo de la prioridad la
nueva carretera podrá ser mejor o peor que la actual.
Yo ahora mismo no sé qué hacer para mejorar mi comodidad
dentro de este habitáculo, lo único que sé es que al final del camino, no veo
más que el espacio suficiente para que únicamente pase un viajero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario