7/5/13

El final

No sientes nada, ni siquiera vacío. 
No es nada. 
Es triste cuando llega, sabiendo de antemano que pronto llegaría. Pero más triste es cuando nadie te avisó de lo que ocurría.
Sabemos que la vida pasa por varias etapas y unas van dejando atrás experiencias, nombres y personas. Las cosas acaban y llegan a su fin. Muchas veces nos arrepentimos de no haber aprovechado más de lo que podíamos, pero siempre nos alegramos de lo vivido.
Sin embargo, un día te despiertas y sin que nadie te avise te das cuenta de que ha llegado. Aquello que parecía tan lejano y de lo que nadie hablaba.
Miras al aire y te sientes estúpido por no haberte dado cuenta de que el tiempo de descanso se convirtió en un para siempre. Eres la persona ingenua que no se dio cuenta de lo evidente, que el tiempo daría rienda suelta al final.
No queda otra que resignarse y seguir luchando para nada. Mientras, lo poco que daba vida se va sin más, sin avisar y los días pasan eliminando cualquier vestigio del pasado. 
Los días pasan, las horas se suceden y tú en tu lucha interna y absurda, sigues perdiendo fuerzas hasta quedar débil ante un final inevitable y desafortunadamente tardío. 

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