7/8/14

Contigo

Y es que realmente te echaba de menos. Echaba de menos esos chistes malos, esas ganas irremediables de reírte de mí, ese saludo tan característico que me recuerda a ti. A tu compañía, a mis ganas de tenerte cerca.
Me quedé mirando. No pude evitarlo. Me quedé mirándote. Mirando esos ojos que el sol había aclarado. Esos ojos de un verde veraniego tan cálido y reconfortante. Me quedé embobada viendo cómo te arreglabas el pelo. Y es que no lo pude evitar. No sé qué fuerza me hizo no poder apartar la mirada de ti. Pero lo hizo.
Te echaba de menos y hoy también lo hago. Y es que ese cariño que me das, ese apoyo, esas ganas, esa libertad.  No sabría explicar cómo hemos llegado hasta aquí y es que aunque tú no lo veas, o no lo quieras ver, yo me siento bien. Aquí,  contigo, a tu lado. Soy feliz. No estoy plena, pero soy feliz. Y es una felicidad y una seguridad que nunca antes nadie me había dado. Nadie hasta que llegaste tú. Solo me queda decirte dos palabras, susurrártelas al oído y quedarme acurrucada en tu vientre. Sintiéndote y deseando tocar cada esquina de tu cuerpo. Deseando que algún día te dejes desear.

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