1/8/14

Borradores

Es el final. Siempre llega, con una despedida o sin ella. Con un hasta luego que parece convertirse en adiós por cada día que pasa.
Recuerdos de hace siglos que repetiría incansablemente. Repetiría el dolor por el hecho de sentir placer cuando acaba. Repetiría risas, repetiría encuentros. Repetiría palabras forzadas que escribo con el único fin de olvidar que estoy aquí. Con el único fin de recordar que durante menos de dos semanas llegué a ser feliz. Llegué a ser feliz en compañía de un hombre de mi vida y en compañía de unos míseros euros diarios.
Fui feliz mientras mi cuerpo pedía descanso. Fui feliz a sabiendas de que me quedaban horas y horas antes de llegar a mi destino. A sabiendas de que debía continuar, no porque mi cuerpo quisiera, sino porque quedarme en medio significaría una derrota, nuestra derrota, no la mía.
Y escribo por inercia y con miedo a la decepción. Escribo porque sé que debo escribir, porque sé que la espera valdrá la pena y el recuerdo de estas palabras no me hará olvidar que te debo una explicación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario