26/10/13

¿Seguimos?

En el centro del patio todos los tejados me acorralan. Me dan sombras a ratos, estableciendo el patente paso de los días. Me queda una única pelota en el saco. Todos los tejados están llenos de las que lancé, pero ninguna ha desaparecido.
Estoy harta de esperar. Necesito que alguna pelota desaparezca o vuelva a mí. Necesito que mis lanzamientos sirvan de algo. Necesito que mis iniciativas sean reales. Espero y espero. Pero todavía no desespero.
No sé qué elegir. Lanzar la última pelota y esperar. Esperar sin lanzarla. Salir del patio lanzando la pelota. O salir con la pelota en la mano.
Si al menos alguna de las antiguas pelotas se moviera, tendría la sensación de que mis días sirven de algo, de que mis segundos son útiles. Pero aquí estoy, esperando a que te muevas.

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