6/7/13

Remota exclusiva

Soy yo la que tengo que luchar. Necesito recuperar fuerzas tras el desvelo de tu ausencia. Me dijeron que tendría ayuda y veo a gente a mi alrededor, pero soy yo la que empuña la espada y la que recibe estocadas.
El resto observa con ojos ausentes, siendo ajenos a lo que pasa. Parece que soy la única que ve al enemigo y ni siquiera pueden ver cómo voy perdiendo la pelea.
Los rostros más cercanos miran al horizonte, se ven cegados por el sol y no son capaces de reconocerme en el campo de batalla. Están a pocos metros, pero avanzan sin apenas apreciar mi lucha. Sin darse cuenta de que me quedo estancada entre golpes y caídas.
Ahora, llena de barro y sin fuerzas para defenderme, me doy cuenta de que siempre es así. Debo centrarme en mi lucha y no en la falta de percepción de los demás o en la ignorancia de lo evidente.
Pero para luchar necesito recuperar la fuerza que la ingenuidad y el candor me robaron.

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