29/7/13

Innata careta

Condena eterna que me perseguirá hasta el último minuto. Desgracia que subyace tras mi actuación diaria. Las enfermadades tienen excusa, esto no.
Alguien o algo decidió mi destino antes de que yo tuviera consciencia. Es horrible arrastrar una contrariedad segundo a segundo. Nada ni nadie puede evitarlo. Ningún otro sentimiento puede hacer frente a esta ira interna que lo supera todo con creces. ¿Quién lo decidió? 

Una pregunta más que se quedará sin respuesta.
No veo el fin de todo esto. No creo que tenga fin. Así que, ¿por qué seguir?

No hay comentarios:

Publicar un comentario