23/12/14

O pan o nada

Los golpes se amontonan, unos sobre otros. La puerta va a caer literalmente entre tantos golpes y gritos.
No puedo más. Hoy no.
Por más que lo intento no tengo fuerzas ni para salir de aquí. Mis manos manchadas son el único pañuelo a estas alturas. ¿Tan difícil es encontrar silencio? ¿Tan difícil es verme como invisible?
Ya sé que me odias. No hace falta que lo sigas gritando. Ni que llores de rabia por la impotencia de tenerme inevitablemente cerca. Ya sé que no soy nada. El problema es que eres tú quien no lo sabe.
No me tratas como a la nada sino como al origen de todos tus males.
A una piedra que hace 20 años empezó a crecer de forma paralela a tu camino.
A algo insignificante que solo respira para hacerte sufrir. Y créeme, desearía dejar de hacerlo.

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