El ahora es lo que entiendo. Mi sentir y el tuyo. Estas ganas irremediables de sonreír por tenerte cerca. Por haberte conocido. Por estar aquí.
Suspiros. Unos detrás de otros.
Me abriste el alma dejándome desnuda frente a lo que parecía imposible. Tus ojos cielo, ese universo que no deja de viajar entre lunas y satélites.
Esa risa, incansable y perfecta. Como tu dulzura.
Esta felicidad. Lo mejor de mi vida. Lo más puro y dulce. El momento que pienso explotar. Sin miedo, sin finales pensados de antemano. Sin todo lo que pueda pasar. Sin todo lo que se me viene encima.
Sólo tú y todo lo que me has hecho descubrir entre risas y besos.
Sólo tú y yo. Aquí y ahora. Sintiendo entre caricias un amor entre susurros.
Los detalles escondidos bajo cruces de miradas, las que pierdo entre movimientos suaves y delicados que descubrí junto a ti. Aquellos que bailando trajeron tanta pasión a un alma escondida y llena de desastres. Un alma que aún por el mismo camino se decidió a sentir; porque evitar lo inevitable no es cosa de locos, sino de ciegos.