23/3/16

Ganas

Cuando tienes una bomba entre las manos.
Cuando caes al vacío sin nada.
Cuando dos miradas conocidas se cruzan en el pasado, 
 donde algo fue todo y hoy ya no es nada.
Cuando la voz de la conciencia toma un color azul, claro, celeste.
Cuando el camino se acaba, pero sin ver el final.

Tantos corazones rotos y el mío palpitando con lentitud, 
dejando que los días lleguen a su fin.
Valentía descarada, desvergüenza olvidada. 
Errores garrafales ocultos entre ojos que se miran.
Ojos oscuros, llenos de todo, 
que se llevan mi alma, mi cordura.
Sólo un final: la muerte.

La muerte de las risas y caricias, 
de la confianza y complicidad que ya no están.
 Que se fueron sin mirar atrás. 
La muerte de la preocupación y la sangre.
La muerte de algo que no se quiso cuidar.
Límites que al cruzarse me plantan ante la realidad, 
me fijan con firmeza esa línea blanca del poder o no poder.
Desconcierto e ignorancia.
Ganas de ser al fin.

19/3/16

Adicción

Si la magia no ocultara trucos, me volvería azúcar para estar entre tus labios. Para sentir tus latidos acelerados sin manos frías que recorran tu pecho. Me volvería aire, para entrar en tus pulmones y así llenarlos segundos antes de sentir tu risa. Me volvería música, para sentirme dentro de ti y dejarme llevar por tus pasos. Danza divina y cautivadora que mece la música a su gusto.

Me volvería dulce, para estar siempre contigo.

Se echaba de menos

Perdida en un mar oscuro, lleno de calor, lleno de sonrisas.
Mis latidos siguen el ritmo de nuestros cuerpos. Mis pasos avanzan, llenos de trabajo y constancia. Llenos de sabiduría.
Dormir abrazada. Sintiendo el calor en mi corazón. El que lleno de ganas recogería hasta la última gota de entre tus sábanas. 

Pequeños retales del pasado. Cariño y amor casi desconocidos. Pero presentes, entre tus ojos y los míos. Nunca olvidados por cada nuevo encuentro, reconociendo que siempre seremos algo. Que queremos nuestra historia entre papeles invisibles. Que tú y yo, no somos algo. Que mi niña aún sigue siéndolo y que tus manos nunca dejarán las mías.

13/3/16

Rockeros de la noche

Susurros y risas. Encuentros inesperados. El de tus labios y mi cuerpo. Mirando al cielo. Negando sin negar. Sintiéndote cerca, donde estabas. Levantando la vista para besarnos a escondidas, en medio de todos. Más que besarnos, me dejaba hacer. Respirando tus bocanadas de aire, de vida. Mi aliento sin querer impedía que me besaras de nuevo.

Mis ganas superaban a la de cualquier mortal y tú, con tu dulzura y magnetismo, desnudabas mi alma con cada nueva mirada. Mi oreja llena de secretos, mis manos sobre tu claro universo, transparente, sencillo, divino.

Pequeños mordiscos que no se dejaban ver, pero que mis ojos cerrados sentían como si acariciaras un pequeño corazón. El que tus manos sostienen desde no recuerdo cuando.
Risas y bailes que me hicieron sentir viva, otra vez.
Encuentros con la vida, rodeada de amigos, sabiendo que es aquí donde debo estar. Riendo ante la ignorancia, creando motes como alianzas, notando que cada día es uno nuevo, real, intenso y sin nada que envidiar del pasado.

6/3/16

Le noir

Aguantando el frío suelo. Mi único amigo. El que me acompaña de nuevo. Llenando vacíos eternos con dolores conscientes. Queriendo llegar al límite y explotar. De nada valen las palabras de un viejo sabio. El dolor está dentro, bailando entre océanos de escarcha.

Rabia. Deseos irracionales de destruírlo todo hasta convertir estas paredes en el hogar al que corresponden. Nada, ya no hay nada.
Miles de kilómetros en busca de una experiencia. Y sólo silencios, vejaciones y lágrimas derramadas.

Vuelta al deseo inicial, al primario, al final. La muerte. La de alguien. Cansada de agobios que llenan el esfuerzo que se reduce a fracaso.
El dolor de cabeza. Resaca de volver a la rutina. De convivir con el fantasma de mi pasado.

Y me pierdo. Voy sin paracaídas cayendo hacia Dios sabe qué.
Perdida, a punto de estrellarme. Y es que ya no hay vuelta atrás. Esa mínima esperanza del no entre tus labios me dio la última distracción que me quedaba para olvidar. Esos labios...
Olvidar que nunca hubo agua en estos mares.
Forzando mi corazón a escondidas. Sabiendo que algo no va bien, pero despistada en mi mundo, sin escuchar sus gritos de dolor. Sólo respirando hasta llegar a mi última calada.