27/7/15

Motivos visuales

Y de desastres va la cosa. No existe el punto muerto sino las vueltas estrepitosas. Por una llanura sin color fijo. Porque en este momento nada me basta. Nadie me sirve, nadie me llama.
Respiro profundamente, tranquila, asumiendo de golpe todos los golpes. Entendiendo que el mundo es un viene y va de todo. La suerte llega, con cualquiera de sus caras.

¿En quién me apoyo?
Recuerdo gente que huyó, gente que eché, gente sorda y gente ciega. Los recuerdo a todos, vagamente, pero ya no los veo. No hay nadie. Así que soy yo quién decide, todo depende de mí.
Que te veas guapa al mirarte al espejo, que busques futuro independiente, que yo deje de luchar por otros.

Tan grande es mi lucha en este momento, tantos esfuerzos estoy poniendo para conseguir volver a la normalidad, que el resto ha quedado en nada. El resto ha quedado olvidado y el mundo sigue girando. Y con él ahora giro yo. En época de vacas invisibles, pero giro.
Y que venga lo que venga, que puedo con todo y con todos. Que el ser humano y su sociedad están totalmente premeditados. El egoísmo y la hipocresía predominan en el aire. Y pese a ello, yo frenaré con una sonrisa.

23/7/15

Te pienso pensando y pienso en qué piensan los necios.

21/7/15

Estos días

Pasé del querer y no poder, al poder y no querer. Pasé del esperar, insegura, al sufrir un sinsentido. Llegué a algo que me hizo feliz, pero terminó, como un punto termina. Como siempre, yo, a solas. 

Llegué a sentir envidia por la locura extrema, aquella que vivía sin rumbo y que camina sin dirección. Aquella que dios sabe dónde acabará. Envidia por su ignorancia.

Todo lo bueno que he tenido termina alejándose de mí. Haga lo que haga. Quiera lo que quiera. Al final todo acaba en mí.

Creer en palabras en el aire, querer el humo que llenó mis pulmones para luego dejarlos vacíos y sucios. Llenos de tanta mierda que he tenido que limpiar.

Y aquí estoy. Queriendo a personas que no me recuerdan. Soñando con una libertad que no me conceden. Deseando un amor sin historia que contar. Olvidándome del suelo sucio que aprendí a limpiar. Pensando y escribiendo por lo único que a punto estuve de tocar.

Aquí estoy yo. Entre tanto esfuerzo y sin tiempo para nada.
Aquí estoy yo. Y lo único que quiero es abrazarte de nuevo.

20/7/15

Palabras

Intensa. Extraña. Una montaña rusa de sentimientos. Amor, cariño, rencor, odio, soledad, ira, deseo. Semana de actos, de actuaciones. Semana de todo.

Una muerte inesperada. Un odioso silencio.
Una sonrisa envejecida. Un eterno cariño.
Un intenso trabajo. Unas piernas desnudas.
Un peso recuperado. Una morena excitante.
Unos brillantes sueños. Una suerte irónica.
Una oscuridad latente. Un suelo frío y mojado.
Una mañana cualquiera. Una asfixiante cueva.

Demasiado por lo que escribir y escasas ganas de hacerlo. Pero entonces llegaste tú. Decidí abrir mi caja de pandora. Antes de ahogarme entre tanto aire sin movimiento.
Reí al verme. Tan pequeña, rechoncha. Como casi siempre.
Dejé el final para el final, como siempre. Y volví a leer.

aunque tù me dices que sea realista.
que no nos vamos aver...
yo te digo:
¡sí nos vamos a ver!
todos los diitas si hace falta eeh (:
como te dije el viernes.
hay gente a la que le digo:
-tía tenemos que quedar enserio.
luego digo:
-¡onde va calamà, vete pal mà!
jaja y ahí se queda todo.
contigo va a ser muy diferente.
eres como una hermana para mi.
sin tí, todo va a ser en blanco y negro.

Odio las mentiras. Odio que me hagan perder el tiempo. Y odio todo lo fumable. Si el mundo se quiere mentir, se quiere hacer perder el tiempo y se quiere fumar todo lo fumable, que lo haga. Pero no conmigo.

joder ..... ¿no te das cuenta que
eres súper importante para mi?

Y me río. Ante tanta hipocresía. Esa que me espía y apenas se deja ver aunque siempre está detrás. Suena menos creíble que el "¿Ah, sí? Pues no lo esperaba, en serio"
Blanco y en botella, celos, ¿no? Pánfila desordenada.

tantos momentos,
tantos sentimientos,
tantas sonrisas,
tanto vivido...
demasiado para dejarlo ir así como
así ¿no crees?

Las preguntas deberían tener destinatario y respuesta.
Y es que en días normales me volvería a quedar con lo bueno y lo aprendido. Pero hoy, después de días descolocados. Después de noches mojadas. Hoy tenía que clavar tus palabras en el muro de la vergüenza. Porque hoy llamé. Saqué de mi agenda nombres que ni siquiera recordaba. Buscando. Buscando un abrazo, un efímero tacto de una piel que no fuera la mía.
Un simple contacto humano, un beso de buenas noches a mitad del día, que me dijera que el mundo no era nada.
Hoy necesitaba una familia. Porque para el resto del mundo es sólo un día más de trabajo. Para mí, sin ensayos, horas ahogándome con mis propias manos.

sé que no eres una persona que exprese
sus sentimientos o que cuente sus
cosas, pero si necesitas algo o a alguien,
no tengas dudas y acude amí.

Me atrevo a escribir estas palabras para intentar comprender quién es su dueña. Mucha tinta para tan poco polvo.

10/7/15

Lápiz de madera

Qué más da el día que sea.
Si sonrío o lloro. Si soy la última o la primera.
Mi sonrisa es el resguardo de la nada, porque para nada sirve.
Los días hermosos, los que con ilusión afronto.

Y estoy cansada. Cansada de intentarlo todo. De subir y subir. De mil formas, de mil maneras, en miles de sitios, desde miles de ángulos. Para siempre, cómo no, ser arrastrada por no se qué roca.

Intento hacerlo bien. No cómo dicen, simplemente bien. Intento ser fuerte, sonreír. Pero todo a destiempo. Nadie conmigo. Yo con nadie. Mi camino lo elijo yo, pero nadie me dijo que mis noches acabarían así.

Y te vas. Tú te vas. Yo perdiendo el tiempo con sonrisas sin dueño, y te vas.
Quizá alguien levante la mano proclamándose culpable, pero ese gesto no espanta el sufrimiento.

Y no sé qué más hacer. Cómo hacerlo o deshacerlo. No sé en qué creer. Mis desajustes horarios son el resultado de mis noches en vela estableciendo prioridades. Y odio la primera, porque deja a un lado las demás.

En mis días malos, el mundo es arrastrado, el mundo comparte suciamente mis desengaños. En mis días buenos, escribo, desnudándome ante ojos desconocidos que apenas saben cuán hermoso era el día.

La oscuridad, mi maldad, sólo el aparte individual para el mundo.

5/7/15

Como un nardo sin olor

Buscando aquello que un día sentí, pero que ya no tengo.
Que está tan cerca y a la vez tan lejos.
Que destrocé con mis propias manos sabiendo que acabaría en nada.
Buscando esa chispa, para prenderla de nuevo. Para sacarme de la oscuridad que un día escogí ver.

No quedará nada, porque el todo acabó en mí. Quizá nunca lo sepa.
Porque no todo es bueno. Detrás se esconde mucho más, pero soy la única que ha dejado ver.

Tanto me dispararon. Y no había motivo para parar. Simplemente me mintieron.

Buscando un motivo, buscando un disparo. Sintiendo de nuevo. Creyendo que algo me espera, que alguien me espera.

Creyendo que cada tropiezo, cada cambio, sólo es una curva que atravesar. Aprendiendo, enseñando.
Sólo es un paso más hacia lo que me espera.
Creyendo que un día el momento y el lugar serán adecuados. Creyendo que todo lo que tengo dentro algún día saldrá. Porque habrá sitio para ello.

4/7/15

Mi estrategia

Y sigo sin saber adónde me llevan mis pasos. Conozco el camino y sus complicaciones. Mis instintos y mis conclusiones accidentales llegan a su final feliz.

Porque sabía. El pasado, el presente y el futuro. Lo sabía aún cuando me hicieron dudar de lo que sabía. Pero qué más da.
Qué más da que supiera de qué color era mi mundo. Qué más da que intentaran teñírmelo con frases que nadie creía. Qué más da que esperando a que cambiara de color, siguiera siendo como siempre, el color de siempre, el único que conocía.
Todo eso qué más da. Porque el tiempo pasa, nos hacemos viejos y cada segundo que aprovecho entre mis canciones, es un segundo más lejos de todo esto. Es un segundo en el que me río sin saber por qué.

Simplemente lo envidio. Envidio eso de poder coger el teléfono y llamar. Buscar consuelo, escucha, apoyo. En cualquier momento, a cualquier hora.
He intentado construir, como tantos, un teléfono imaginario. Apoyarme en lo desconocido, dándole nombre y forma, creyendo que si una madre falta, siempre habrá otra en algún cuadro pintado por no se qué pintor muerto de hace miles de años.

Pero dejé de mentirme cuando la realidad era lo único evidente; aún oculto entre relatos lunares.

Sigo siendo yo. A solas. Con conversaciones cada tres o cuatro meses que me dejan soltar todo lo que voy acumulando, porque no encuentro otra manera de sacarlo.

El desgaste muscular, el cansancio, el ritmo que marca mi corazón, las palabras que se destruyen en ojos ajenos. Sólo son conversaciones diarias, guardadas bajo llave y a la espera de un nuevo encuentro con la sinceridad. A la espera de unos ojos azules, un corazón secretamente roto, una promesa que decidí hacer o de un simple amor a distancia.
A la espera de sentir el único hogar que he conocido. Porque este silencio nunca lo echaré de menos.