25/6/14

Son pocos, pero se pierden

Yo no sé si es madurez o indiferencia. Solo sé que empiezo a asustarme. Las cosas siguen pasando, las buenas y las menos buenas.
Al principio creí que había cambiado mi manera de ver el mundo. Creí que empezaba a ser optimista y a dejar de lado las piedras que insisten en ponerse en medio. Pero hoy no entiendo. No comprendo. No puedo llegar a explicarme por qué no lloro, por qué no río, por qué no siento.
Me estoy convirtiendo en un mueble, en un robot, en algo artificial.
Ya no hago lo que me dicen. Hago lo que quiero, lo que más me atrae y lo que sopeso.
He dejado de lado esos malos pensamientos, esas crueles situaciones propiciadas por un irónico destino que me toma como objeto de burla.
Lo he dejado todo atrás. Tanto que estoy aquí, delante de una gran nada, sin poder sentir. Sin saber sentir y dejándome hacer por aquello que los instintos animales dictan en un primer momento.
Soy lo artificioso de este mundo lleno de hilos y mentiras. Soy lo que nunca moverán con facilidad, pero también aquello que no sabe mover absolutamente nada. Solo un corazón que cruelmente bombea algo inexplicable.

11/6/14

Hay nubes en el cielo

El mundo tan diverso y extraño. Historias ajenas sin comprensión ni interés.
Mi historia es la que hay. La de ahora. La de tantos problemas y dificultades. La de tantas complicaciones predeterminadas. Y la de tantas sonrisas matinales.
Esta mañana sonrío ante la indiferencia de tantos que me quisieron. Sonrío ante la hipocresía de tantos que me rechazaron.
Y sonrío aún más ante los ratos de risas y estupideces. Ante las confidencias mal contadas. Ante tus locuras cautivadoras. Sonrío al ver que hay un motivo por el que sonreír.

7/6/14

Las torres

Decidí, decidí, decidí. Nada. Nada decidí. Estamos en las mismas. Estancada, en una esquina, rota por dentro y hablando con unos hipócritas.
La fecha dirá por mí. Estoy harta de buscar y luchar por cosas que no siento. Por motivos escondidos, por personas desconocidas.
Mi primera decisión será seguir o no seguir. Creer o no creer. La fecha me dirá si quieres que confirme lo que siento a sabiendas de lo que creo. Me dirá cuál es mi camino.
En tus manos está el planteamiento, en las mías el seguimiento.
Si puedo, lo haré, me implicaré, continuaré hasta llegar o no llegar al final de mi camino; porque ningún paso más quedará viable para mí.
Si no puedo. Se acabará. Dejaré de pensarte como ser, dejaré su presencia en los viajes. Solo ayudaré a la realidad y llevaré una medalla artística. Seguiré a un hombre. A un gran hombre. No a ti.

4/6/14

Por lo que hubo

¿No es verdad, si no cielo, que el amor es algo nuestro?
Quiero hablar de sentimientos.
El amor es nuestro, tuyo y mío.
Distinto pero nuestro, lo compartimos.

No llores en tu partida, sonríe y recuerda. Mientras te vea alejándote de mí solo veré en tus cabellos el aroma de tu recuerdo. Recordaré tu aliento y tus besos. El delicado tacto de tu piel y las horas frente a tus ojos. Ese espejo del alma que se fundió con la mía a través de suspiros y caricias.
A la hora de tu partida nuestros encuentros habrán acabado, pero esas perlas trasparentes y azuladas reafirmarán que nuestro amor solo está empezando.

3/6/14

Una más, solo eso

A la mierda tú y tus besos olvidados. A la mierda tus maneras y tu control. A la mierda todo.
Me niego a que te burles de mí día sí y día también. Me niego a que por haber intentado aclarar algo ahora creas que lo sabes todo de mí y lo utilices para confiarte y elevarte.
Sé que hablo con exageraciones y con falta de razón, pero no te permito que utilices mi sinceridad para controlarme. Y es que no puedo creer que cada verdad que sale por mi boca solo provoca errores y dolor que siempre termina recayendo en mí. Cada verdad encendida hace que mi círculo se quede sin puntos. Y tú pareces ser un nuevo caso de extravío.

1/6/14

Dos hacia atrás

Y este es el fin. Palabras necias, oídos no sordos. Mi verdad acabó con todo. Lo sé. Ya no estás. Ya no buscas una noche a solas. Tienes miedo. Y no sé de qué, pero no quiero saberlo.

Miedo de ti, de mí, de lo que pueda o no pueda pasar. Miedo de tenerme cerca. Incomodidad ante mi presencia y frases estúpidas que ahora te guardas. Solo por eso. Por miedo.

Fui yo. La que levantó sus cartas, de forma consciente y sin titubear. Y ahora todo sigue igual. Diría que incluso peor. El mundo sigue sin moverse, yo sigo aquí, quieta, sin nada más que decir. Sin ningún otro movimiento que poder llevar a cabo. Solo esperando que alguien me responda, porque ya no tengo pelotas. Las lancé todas al tejado.